Hay un animal que es un auténtico éxito en Internet. ¿Lo adivinan? Sí, el gato. Probablemente el 90% de la población ha querido ser un felino alguna vez. O puede ser que esté exagerando pero, al menos, yo he querido ser un gato de vez en cuando. Si lees, querido lector, a Murakami, te darás cuenta de que los japoneses suelen tener cierto aprecio por los gatos. Pero el ejemplo perfecto es Natsume Soseki, autor de la novela Soy un gato.
La sociedad nipona es enigmática. En Occidente es considerada un mundo aparte, diferente, algo ajeno a nuestro día a día. Es cierto que es una cultura distinta, que choca, por decirlo de alguna forma, con la “nuestra”. Pero la Literatura es una vía perfecta para acercarnos, para conocerla, para tener una idea vaga de lo que supone ser japonés. Soy un gato nos ayuda a ser gato, para todos aquellos que alguna vez quisieron serlo, y nos acerca a la sociedad nipona como pocas novelas lo han hecho.
Esta novela es la historia de un felino testigo de varios dueños que reflejan de primera mano cómo funciona la rutina de una familia, o varias, tokiota. Desde un dispéptitco profesor de nombre Kushami hasta el irritante Meitei. Pero la literatura está para hacernos ver lo que no podemos ver, lo que no podemos conocer. Nos permite viajar y conocer mundos que de otro modo sería imposibe. Por ello La Milana Bonita se va a poner en la piel de un gato japonés para que, juntos, podamos conocer un poco más una literatura y una sociedad que de otra forma estaría a miles de quilómetros. Por ello, viaja con nosotros a Japón, la Literatura nos lo permite.
¡La revolución ha comenzado!