El escritor y el lector, cuando viajan, se ven inspirados por los paisajes que visitan y ven. Les trasladan, les recuerda a la última novela que leyeron o les ayuda para construir el escenario de su próxima obra. O ambas cosas, porque no se puede ser escritor y no lector. Y cuando una novela consigue trasladarte a los escenarios que inspiraron al autor, es que este ha conseguido su cometido. El gallego Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911-Vigo, 1981), adaptó la figura mágica del hechicero Merlín a su tierra y a su tiempo y configuró una novela: Merlín e Familia (1955).
La obra está estructurada en diferentes historias de fantasía basadas en los recuerdos de Felipe de Amancia, antiguo paje del famoso mago. El narrador, ya mayor, narra su vida pasada junto a Merlín, con quien vivió en una parroquia de Ferrol. La obra se compone de diferentes capítulos que funcionan de manera individual, aunque todos ellos siguen un esquema argumental. Cada episodio es, por tanto, un recuerdo. Y el gran valor de la novela es cómo Cunqueiro trae el mito del Merlín a mediados del siglo XX, con una región rural gallega como escenario de fondo. Porque todo encaja como un guante de seda.
El escritor escribió la obra originalmente en gallego. Después la tradujo al castellano, él mismo, en 1956 (algo de agradecer, para no perder significados ni significantes. Porque Cunqueiro consigue que la magia de Galicia, sus paisajes y sus historias, casen a la perfección con la fantasía propia de Merlín y en la misma novela combina otras épocas y eras para hacer de Merlín e Familia una novela redonda.
Hemos de confesarlo, es una de las novelas a las que más ganas tenemos en esta temporada. Tiene demasiadas armas para hacerla disfrutable al 100% y, como es lógico, queremos hacerlo con todos vosotros. Galicia, Merlín, paisajes de ensueño y pleno siglo XX. Pocas obras combinan estos ingredientes y que mejor que hacerlo con uno de los autores gallegos más reconocidos. Disfrutemos de la magia juntos, solo quedan 15 días.